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TUSA

Actualizado: 16 nov 2019



Te quiero contar parte de mi historia…

En mi último noviazgo la di toda, amaba cada cosa que hacíamos, los viajes que realizábamos juntos, los apodos que nos poníamos, cada momento para mí con él era mágico, todas mis acciones iban enfocadas a que funcionará. Pero un día sin esperarlo todo se acabó; él conoció a otra persona y se había enamorado de ella; en realidad yo no lo entendía.


Me comencé a cuestionar en qué había fallado, repasé cada momento de nuestra relación para poder encontrar mi error, empecé a compararme con su nueva novia, en lo primero que me fije fue en su cuerpo; ella era delgada, yo no, entonces me culpé por mi peso; luego vi sus redes sociales, lo que escribía en ellas, hasta un emoticón generaba muchas reacciones entre sus seguidores, sin contar la cantidad de “amigos” que tenía, yo no tenía la misma popularidad de ella, nada de esto me servía, así que busqué alguna razón por la cual llevarle ventaja, observe sus estudios, yo era profesional y ella no. –Por fin un punto a favor mío. Igual no me hacía sentir mejor.


Obviamente hable con mis amigas, ellas siempre son fundamentales en esta parte del proceso, son las que te dan ánimo, recuerdo que me decían frases como: “igual la vieja tiene cara fea” jajaja.

Me obsesioné con stalkear a mi ex, miraba sus fotos, sus publicaciones, si estaba bien o no con ella, escuchaba las canciones que nos habíamos dedicado y lloraba horas. Pensaba voy a bajar de peso y cuando él me vea súper churra va a venir a mí, pidiéndome perdón y yo lo voy a hacer sufrir un poquito; pero eso bella es la voz de nuestro ego hablándonos, en mi proceso he entendido que no se trata de méritos, es decir yo no “merezco” tener un novio porque sea flaca o baje 5 o 10 kilos, o porque tengo dinero, o por mis bienes materiales. Es simplemente porque ya está dado, no por tus características físicas o por tus finanzas, tus títulos, tu apellido, etc.


Creo que en el duelo todo se vale, ya que todo esto es parte del proceso: llorar, revisar las redes, pensar que algún día se va arrepentir de lo que te hizo, etc. Pero no quiero que te dejes consumir por lo que sientes o piensas, más bien reconcíliate contigo misma, trata de no caer en la trampa de la comparación, porque vales demasiado, deja de culparte por lo que pasó o del cómo sucedieron las cosas; precisamente leía en un libro en donde afirma que perdemos mucho tiempo lamentándonos, y no vemos con amor lo que quiere enseñarnos la vida con cada situación.


Hoy al transcurrir el tiempo me doy cuenta que cada persona que pasa por mi vida es una maestra que quiere enseñarme cosas para yo sanar, pulir, crecer y amar más fuerte. Estoy segura que después del dolor podemos ver con claridad el para qué de las cosas, créeme que vas a volver a amar, y lo más lindo es que vas a amar y amarte más bonito. De eso te trata la vida.


Cariño, no hay garantías de que la próxima relación sea la definitiva, pero vívela, siéntela, gózatela y por último honra tu proceso porque la gratitud abre el corazón.



Te mando un abrazo grande, Ángela

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