El 27 de Mayo de 2019 recibí una llamada un poco dura, mi abuela paterna la desahuciaron y ya se encuentra en su fase final, todo esto me hace recordar que ninguno de nosotros nos preparamos para afrontar la muerte de un ser querido, pero estas eventualidades nos ayudan a comprender lo esencial de la vida.
Los funerales son generalmente tristes, hay llanto, dolor, recuerdos, y es aquí en medio de la muerte, que la vida nos sacude respecto a lo que significan los demás en nuestra existencia, por eso, quiero decirte que siempre llenes de amor a los tuyos, para que cuando ya no estén, tengamos la tranquilidad de que no nos faltó nada por decir, por hacer, por demostrar hacia ellos, pues esto traerá más paz a nuestros corazones y nos ayudará a asimilar este arduo momento.
Cuando la muerte nos visita, nos recuerda el propósito que tenemos en la tierra, llega para cuestionarnos sobre lo que hemos hecho; a medida que iba viajando para ir a despedir a mi abuela me surgieron preguntas como ¿Me he atrevido a confiar en mí, así los demás dijeran lo contrario? ¿Me he atrevido a amar? ¿Me he atrevido a hacer lo que mi corazón anhela a pesar de tener miedo al fracaso? ¿He invertido en mi espiritualidad? ¿Me he atrevido a ser yo misma, o tengo miedo a ser rechazada? ¿He sido abundante conmigo y con los demás? ¿Me amo? Y al intentar responder estás preguntas entiendo la importancia de hacer lo que amamos, de perdonar, de decir “te amo”, de agradecer por nuestros dones y talentos, por lo que tenemos y lo que aún estamos trabajando para conseguir, por nuestras debilidades, porque de esta manera entendemos la importancia de un equipo.
La vida es corta, gocémonosla, ¿Por qué esperar a que llegue la muerte para que nos den ganas de vivir?; más bien ríe, llora, atrévete, lee, enamórate, aprende, levántate.
Hoy quiero que te preguntes ¿Qué vas hacer antes de morir?
Te mando un abrazo lleno de mucho amor!
Ángela